Y Cardenal, al día siguiente, llegó a aquel colegio y vio saliendo de la capilla a Niño, con pasos cortos y rápidos, seguido por Cura, con pasos cortos y rápidos. Y Cristo en la pared lloraba, pero nadie le veía, que estaba castigado, de espaldas.
Y Cardenal paró a Niño, orgulloso de servir de ejemplo, supongo.
-Y tú, pequeño, ¿quieres ser sacerdote de mayor?
Niño miró a Cura.
-¿Yo? ¿De mayor? Yo quiero ser aborto.